Por: Iván Duarte.
En noticias recientes de las últimas semanas se han presentado extendidos incendios forestales en países como Turquía, Irán y Grecia de unas dimensiones tan graves paran las cotidianas actividades de una ciudad como Atenas. En algunas zonas de Canadá y Rusia se rompen records de temperatura más altas desde que el hombre inició los registros; En Groenlandia se registro la primera lluvia en la historia del hombre en lugar en donde lo normal son condiciones de niebla y bruma constantes. Estos y otros hechos deberían llevarnos a la reflexión de la realidad del cambio climático. La sociedad debe ser conciente que ya no hablamos de riesgo sino de adaptación y mitigación a un fenómeno ya presente e imparable.
Es de celebrar que para el concejo de la ciudad de Bogotá, que tome medidas de políticas públicas entorno al cambio climático como el acuerdo 790 de 2020. Aunque importante las políticas distritales y nacionales sinceramente no son suficientes para las acciones que se deben tomar debido esto grandes males que aquejan al estado colombiano o porque simplemente por que deficit de la capacidad estatal. Es decir que tanto el sector privado como la sociedad civil están llamadas a participar activamente en este conflicto contra el calentamiento planetario.
La idea de tener una huerta en el espacio público de un parque de Bogotá es una acción contra el cambio climático. Nuestra huerta sigue creciendo libremente, hemos visto como el clima en el interior de la huerta es más fresco y confortable a pesar del pequeño tamaño de nuestra plantación. Hemos visto como en el interior de la huerta han comenzado algunos organismos inesparados para un medio tan simplificado como lo es un prado de un parque. Han aparecido dipteros (moscas), mariquitas y también otras plantas ornamentales y acompañantes. Esta semana en labores de limpieza y culturales también encontramos el nido de un ave con cuatro huevos. Vemos como la vida se abre paso si se le dan las condiciones favorables, reflexionamos también como otros seres tienen los animales están en una presión constante en el ambiente urbano. En el barrio Pradera a pesar de que contamos en el parque en el caño de la calle 3ra y en alrededores con una comunidad arborea vemos que por el ruido, el smog la uniformidad de las especies arboreas un espacio como la huerta es un oasis en el desierto de concreto para las aves.
La presencia del nido en la huerta no da cuenta que este tipo de acciones van mas allá de las sociales, recreativas y toman repercusiones ecológicas y nos da más animo para continuar con este tipo de acciones.
Invitamos a todos y todas las personas que participen de acciones para la protección y promoción del cuidado del medio ambiente, hay mucho por hacer; el solo hecho de apoyar de manera directa o indirecta la siembra de un árbol es una promesa al futuro. Informemonos, consumamos concientemente, reduzcamos, reutilicemos, reciclemos, apoyos iniciativas y participemos de jornadas. El momento de cuidar el ambiente es ahora, cualquier dilación es un aumento de temperauta global en el futuro, reconciliemonos con la naturaleza.